de Wu Ming
Publicado en Giap el 31/07/2023
Traducción inédita

Luca muere el 30 de julio, un domingo. Muere en su apartamento de Bolonia, nueve días después de haber cumplido 59 años, quince años después de haber dejado Wu Ming, cuatro años después del último evento juntos, casi seis meses después de la última sesión de quimio, que total ya no servía para nada. Analgésicos, y ya está.

La noticia no era inesperada, pero cuando llega siempre es inesperada. Empieza a circular durante la tarde, llegando a personas repartidas por todos los rincones de Europa. Incluidos nosotros. Uno de nosotros la recibe mientras está en un barco hacia Grecia.

Luca «ya no está». Esa es la frase de Christiano, por teléfono, desde Berlín.

Uno de nosotros –es decir, uno del cuarteto que escribió Q– «ya no está» justo en ese sentido. Años de trabajo sobre la frontera entre presencia y ausencia, sobre el ser sin aparecer, y un día llega precisamente ese sentido.

En la segunda mitad de los Noventa, Luca fue, entre otras cosas, Luther Blisset, cuyo nombre era legión. En aquel periodo escribimos la novela que nos cambiaría la vida.

En el año 2000, fundamos Wu Ming. Luca salió del colectivo ocho años después. Entre Manituana y Altai. Dando la noticia, hablábamos de un estado de ánimo

«para nada fácil de describir. Es el estado de ánimo con el que llegas a la salida de emergencia si hay un incendio en el cine: has pagado la entrada, pero qué le vas a hacer. La película les gustaba a todos, pero qué le vas a hacer […] moverse, salir corriendo, no esperar a que el humo nos ahogara y las llamas nos quemaran el culo. Esto es todo lo que podemos deciros sin pisar el derecho a la privacidad – nuestro y de Luca.»

De nuestros asuntos no hablamos, de los de uno de nosotros, aún menos. Años después, Luca quiso hacerlo, y escribió sobre ello en Giap.

Mientras tanto, nos habíamos perdido de vista, y reencontrado, y en el futuro nos volveríamos a perder y a encontrar de nuevo. De tanto en tanto hemos hecho un Reencuentro, como toda band que se respete. La primera vez fue en 2011. La última en 2019: la sala Stabat Mater del Archiginnasio de Bolonia estaba hasta los topes para el veinte aniversario de Q. Quién estuvo allí lo recordará mientras viva.

Luego nos perdimos de vista. Por enésima vez. Por última vez. Esta vez no hemos conseguido volver a atrás.

También hoy, como hace quince años, resulta difícil describir nuestro estado de ánimo.

No haremos una lista de anécdotas: la primera vez que lo vimos, aquel día que hizo aquello, las últimas palabras que intercambiamos… Nada.

No añadiremos nada más a estas palabras. Al menos durante un buen tiempo.

Lo que hemos hecho juntos ha sido importante, y ahí queda.

El resto nos lo quedamos para nosotros. El resto es el respeto que le debemos a nuestra historia en común.

Ciao, Luca.

Deja un comentario

ÚLTIMOS ARTÍCULOS

Web construida con WordPress.com.