de Pedro Castrillo //
¿Qué es una ciudad? En la antigua capital de la Serenísima República la pregunta se materializa cada nuevo día. Tras décadas de despoblamiento acelerado, en los últimos meses el número oficial de residentes ha descendido por debajo de los 50.000 habitantes. Una cifra simbólica síntoma de una ciudad moribunda, del vaciamiento de la vida que durante siglos han albergado sus edificios, calles y canales. Si nadie hace nada por evitarlo, en pocos años el modelo de turismo extractivista actual convertirá Venecia en poco más que una bonita escenografía para el disfrute estético de millones de visitantes (o de unos pocos privilegiados). Por ahora, la vida cotidiana de sus habitantes resiste, pero la fosilización de la ciudad está a la vuelta de la esquina.