de Pedro Castrillo
El pasado domingo tuvo lugar el primer «stress test» del Módulo Experimental Electromecánico (Mo.S.E.), una infraestructura en la que muchos habitantes de Venecia y su laguna han puesto sus esperanzas para protegerse de los daños causados por las altas mareas. Por desgracia, su auténtica utilidad está aún por demostrarse, mientras que en las últimas décadas ha funcionado eficientemente como mecanismo generador de beneficios para unos pocos a expensas de los recursos comunes.