de Alberto Prunetti
La muerte de Lorenzo Parelli, estudiante de 18 años, mientras realizaba sus prácticas en una empresa industrial ha avivado las críticas a la denominada «alternancia escuela-trabajo», prácticas obligatorias que los estudiantes de secundaria están obligados a realizar gratuitamente desde su instauración en 2015. La muerte del joven pasa a formar parte de las tres que se producen cada día en Italia por accidente laboral. Un sangrante tema sobre el que reflexiona el autor.