de Redacción DinamoPress
Publicado en italiano en DinamoPress el 08/03/2023
Traducción inédita
Las movilizaciones que han tenido lugar en Italia y en todo el mundo en esta primera semana de marzo subrayan la distancia creciente entre sociedad civil e instituciones gubernamentales, así como la necesidad de retomar espacios físicos e intelectuales que permitan abrir y desarrollar una batalla ecotransfeminista. El movimiento Non Una di Meno [Ni Una Menos] escribe en su convocatoria para el 8M: «Desde hace algunos años, los movimientos ecologistas y transfeministas han adoptado la huelga como práctica de lucha, pero este año queremos unir las dos huelgas en una semana de movilización ecotransfeminista. A estas alturas, somos más que conscientes del hecho de que la violencia contra la que luchamos es la misma, proveniendo en ambos casos de un sistema capitalista, antropocéntrico y patriarcal que une de forma inseparable la explotación de los recursos naturales y la explotación de los cuerpos. El 3 y el 8 de marzo iremos a la huelga y nos uniremos en una semana de movilización entre ambas fechas, porque nuestra lucha es la misma: no puede existir justicia climática sin justicia social, y viceversa».
Como puede leerse en la convocatoria de Non Una di Meno: «Gracias a la guerra y a las múltiples crisis que estamos viviendo, las grandes empresas de la industria fósil han obtenido enormes beneficios extraordinarios, mientras crece a marchas forzadas la pobreza energética. Pero la partida no se ha acabado. Podemos aún darle la vuelta a la situación y construir una alternativa. Comunidades energéticas, transportes que lleguen a todas partes y servicios públicos para ciudades vivas y accesibles».
La huelga transfeminista del 8M en Italia será una jornada de movilización en la que participarán no solo muchísimas ciudades en todo el Estado, incluidos muchas poblaciones pequeñas, sino también muchísimas categorías de trabajadorxs y estudiantes. Como indica el movimiento Non Una di Meno en su convocatoria: «A todas esas mujeres y subjetividades, y a cada una de nosotras, dirigimos la llamada a una huelga feminista y transfeminista global. Sabemos que la precariedad de las vidas, la falta de servicios dignos y universales y el empobrecimiento que sufren más personas cada día hacen difícil tomar la palabra y levantar la cabeza. Pero con la huelga, podemos construir una fuerza común contra la violencia patriarcal, la precarización, la austeridad, los despidos y la pobreza que todo ello conlleva. Nos apropiamos de una herramienta tradicional de lucha para superarla, para reinventarla juntas en base a nuestras necesidades, para que irrumpa en todos los ámbitos de nuestras vidas. Hagamos de esta práctica una fuerza y una potencia colectivas. Nos paramos un día para aprender juntas a pararnos y a organizar una huelga contra la violencia todos los días del año. La huelga es el proceso de liberación de todes, es la revolución dentro y fuera de nosotres, es gritar todes juntes que, si nuestras vidas no valen, nosotres nos paramos. Vamos a la huelga para recuperar tiempo para estar juntes y hacernos más fuertes».
Con estas palabras, mujeres, subjetividades no binarias, trabajadorxs precarixs y estudiantes han organizado una jornada de huelga que ha obtenido el apoyo de diversos sindicatos de base (SLAI-COBAS, CUB, SISA, USB y ADL COBAS), así como de algunas federaciones de los grandes sindicatos en algunas regiones. En distintas ciudades, como Roma, Milán, Pisa, Bolonia, Turín, Nápoles y Palermo, la organización se ha vertebrado a través de multitud de eventos en las últimas semanas, siguiendo las temáticas construidas en los últimos meses en la asamblea estatal de Non Una di Meno.
Los disintos grupos de trabajo se han focalizado en diversos temas: trabajo, renta y bienestar; ecologénero, que ha servido como base de convergencia entre grupos ecologistas y transfeministas; salud y autodeterminación, y por último, formación, educación y universidad.
El grupo que ha trabajado este último tema ha publicado un comunicado que explica la óptica interseccional de la huelga: «Sentimos fuertemente la responsabilidad de abrir un debate, construido desde abajo sobre la formación, partiendo de las voces y las necesidades de quienes trabajan en este ámbito y viven los colegios, institutos y universidades cotidinamente. Queremos construir una red de resistencia ante los ataques que, desde hace décadas, sufre el mundo de la Educación. Queremos saberes libres de la violencia patriarcal, de racismos, de capacitismos y clasismos. Queremos una Educación laica, pública y gratuita que sea de verdad para todes. Queremos una educación sexual y afectiva en todos los colegios e institutos, y queremos que esta sea encargada a las redes feministas y transfeministas. Queremos espacio y voz para los cuerpos y las emociones, para que estar a gusto en el colegio y el instituto sea una prioridad concreta y un futuro posible. Demandamos inversión y recursos para estructuras y personal, y la revisión completa de los programas ministeriales para que incluyan, entre otras cosas, estudios decoloniales y de género».
En este sentido, el 8M es una huelga amplia que incluye a todos los sectores de la sociedad civil. En muchísimos países de todo el mundo, desde Sudamérica a Oriente Medio, las subjetividades disidentes se están movilizando para arrancar de raíz el sistema patriarcal, capitalista y belicista que domina la cotidianidad de todes. No obstante, empezando por la convergencia entre movimientos ecologistas y transfeministas, todo indica que esta huelga no quedará limitada al Día Internacional de la Mujer, sino que será el inicio de una nueva temporada de luchas políticas y sociales.