Categorías
Fascismos Guerras

Los extraños neonazis europeístas y atlantistas de Ucrania

de Cinzia Sciuto

Entrevista a Elia Rosati, autor del libro «L’Europa in camicia nera» (Europa con camisa negra), sobre el recorrido de las formaciones nazis ucranianas, desde el Euromaidán hasta hoy.

de Cinzia Sciuto
Publicado en italiano en MicroMega el 26/02/2022
Traducción inédita

Muchos analistas sitúan el origen de lo que está sucediendo en estas horas en Ucrania en las protestas antirrusas y filoeuropeas del Euromaidán en 2014. En aquella plaza estuvieron presentes no pocos representantes de fuerzas de extrema derecha, si no explícitamente neonazis. ¿Qué papel desempeñaron esas fuerzas en aquel momento?

Con la revuelta del Euromaidán el panorama del nazismo ucraniano se fracturó, y de aquella revuelta callejera nacieron varios pequeños grupos. Tradicionalmente, la formación hegemónica de esa área política es el partido neonazi Svoboda, la formación más antigua, fundada en 1991 con el nombre de Partido Socialnacionalista de Ucrania. Es a partir de 2004 cuando rebautizan el partido como Sbovoda, momento en el cual empezó a crecer. Su logo es una runa utilizada por las SS nazis como enseña militar (el wolfsangel), que es también un símbolo del neofascismo y neonazismo a nivel mundial, a menudo utilizado en Italia por algunos grupos como Forza Nuova. Su primera victoria la obtuvieron en las elecciones parlamentarias del 2012. Se trata de un periodo en el que se consolida un giro filorruso en Ucrania, con Yanukovich, que tuvo un papel protagonista a partir de 2002, y que se convirtió años después en presidente de Ucrania, de 2010 a 2014. Una suerte de eterno líder de gran fidelidad putiniana. A ese periodo pertenece, por ejemplo, el acuerdo de Járkov, que cedió a los rusos varias bases navales, como la de Sebastopol. Es ahí que nace una potente polémica antirrusa, porque se tenía la sensación de ser un país casi ocupado por los rusos. Svoboda explotó la oposición a Yanukovic, presentando varias mociones de censura y reivindicando, por ejemplo, el cierre de las bases navales rusas abiertas con el acuerdo e Járkov. En 2012, la brutal campaña antirrusa les hizo alcanzar un 10,4% de los votos, que se tradujo en 38 diputados. En el Euromaidán tuvieron un papel relevante, llegando a convertirse brevemente en una de las fuerzas que formaron parte del nuevo gobierno provisional, con lo que obtuvieron un reconocimiento político en la fase post-Euromaidán. Estamos hablando de un partido autoritario, neonazi, homófobo, xenófobo, que apoya el derecho a llevar armas, que reivindica la abolición del aborto, etc. En 2010, los dirigentes de Sbovoda iniciaron un giro ideológico, pasando a apoyar la entrada de Ucrania en la OTAN, en clave antirrusa, naturalmente. Fue surfeando ese sentimiento antirruso que consiguieron reforzarse y entrar en el gobierno provisional. Pero fue una burbuja que explotó rápido. Poroshenko les echó rápidamente, lo cual significó el fin de Svoboda, obteniendo en las elecciones del 2019 un 2,15% y un solo diputado, su líder Oleh Jaroslavovyč Tjahnybok. Aunque esté aún presente en algunos parlamentos regionales y haya echado raíces en un barrio de Kiev, hoy por hoy estamos hablando de un partido muy pequeño, a pesar de que haya sido muy hábil en la capitalización del sentimiento antirruso general en Ucrania.

¿Así que hoy día no tienen ningún papel relevante?

Por desgracia, no se puede afirmar algo así porque, a pesar de no tener influencia en el plano institucional, siguen estando muy presentes en varios territorios, especialmente entre las milicias antirrusas que combaten en la frontera con las repúblicas separatistas del Donbass, ésas cuya independencia ha reconocido Putin y en las que existe una conflictividad latente desde hace muchos años. Esto vale también para el grupo nazi paramilitar Pravy Sektor. Hablamos de milicias informales, que no solo son toleradas, sino que el mismo ejército ucraniano aprovecha para contener a los separatistas. Además, se trata de milicias bastante bien equipadas (no está muy claro por parte de quién…), y que reciben refuerzos de combatientes neonazis provenientes del resto de Europa.

Este giro atlantista y europeísta, por mucho que sea solo instrumental, en clave antirrusa, lleva a estos grupos neonazis ucranianos a alejarse del resto de fuerzas de extrema derecha europeas…

Exacto, porque todas las fuerzas que habían sido sus aliadas hasta entonces – desde Fiamma Tricolore a Forza Nuova en Italia, hasta el British National Party, pasando por el Partido Nacional Renovador portugués – eran todos fuertemente anti-OTAN y, a partir más o menos del 2014, pro-Putin. De hecho, es en ese momento cuando se crea esa nueva familia soberanista europea fascinada por Putin, que va desde Salvini a Le Pen. Pero no se trata de una fascinación puramente ideológica, por detrás existen intereses concretos: basta pensar en la asociación de la Lega Nord Amicizia Italia-Russia, creada por empresarios lombardos, o en las muy comentadas relaciones de Salvini con el mundo ruso, o en el enorme apoyo financiero ruso con el que contó Marine Le Pen durante dos campañas presidenciales, como se demostró a posteriori. Por no hablar del escándalo en el que se vió envuelto Christian Strache y un grupo de especuladores rusos en 2019, el cual se tradujo en el final de su aventura de gobierno en Austria.

A la luz de la invasión de Ucrania, que naturalmente aviva los sentimientos antirrusos de la población local, ¿podrían estas formaciones neonazis volver a adquirir un papel protagonista como en los tiempos del Euromaidan?

En mi opinión, la respuesta es que no, porque las fuerzas son muy desiguales. Una cosa es enfrentarse con la policía en la Plaza de la Independencia (Maidán), o incluso con las milicias filorrusas del Donbass, y otra encontrarse de frente al ejército ruso.

Una de las motivaciones retóricas esgrimidas por Putin antes de la invasión fue precisamente querer “desnazificar” Ucrania…

Eso forma parte de la retórica de esta nueva “gran guerra patriótica”. En su discurso, Putin colocó a los zares, a la Unión Soviética y a sí mismo en una única gran narración histórica del imperialismo ruso. Todo eso no tiene nada que ver con la “desnazificación” de Ucrania, que por otro lado no se encuentra absolutamente nazificada, aun existiendo sin duda una importante presencia de fuerzas neonazis en el país. No se trata de un enfrentamiento ideológico, sino geopolítico.d

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s