de Roberto Cicarelli
Publicado en italiano en Il Manifesto el 27/09/2020
Traducción inédita
En Italia faltan 30.655 aulas respecto a las 406.424 necesarias para mantener el distanciamiento físico entre estudiantes, según lo establecido en el protocolo del comité técnico-científico sobre Educación. Más de dos semanas después del inicio del curso escolar en tiempos de la COVID-19, casi 550.000 estudiantes no disponen aún de un espacio adecuado para dar clase. Respecto a las 85.000 nuevas plazas para docentes, anunciadas a bombo y platillo por el gobierno en los últimos meses, tan solo 22.000 han sido efectivamente cubiertas, porque en todo el país no hay más profesores habilitados. Faltan 2.278 dirigentes de personal administrativo, a pesar de la reciente oposición. El uno de septiembre tendría que haberse ejecutado un plan extraordinario de contrataciones, pero la ministra de Educación, Lucia Azzolina, no ha querido incluir en el nuevo personal a los 32.000 docentes que serán contratados en los próximos meses tras la oposición que tendrá lugar en octubre.
Los datos fueron desgranados durante el día de ayer por la secretaria general del sindicato FLC-CGIL Francesca Ruocco, bajo una lluvia incesante en Piazza del Popolo en Roma, donde se produjo la manifestación convocada por el movimiento Priorità alla Scuola, al que han adherido 80 asociaciones y movimientos provenientes de treinta ciudades, además de diversos sindicatos (FLC-CGIL, CISL y UIL Scuola, SNALS, GILDA y COBAS). «La ministra Azzolina quiere convocar oposiciones en plena emergencia sanitaria sin respetar a los docentes más vulnerables y a los que podrían estar en cuarentena. Hace años que enseñamos, existen leyes y directivas europeas que reglamentan la contratación de profesionales con más de 3 años de servicio —añadió Anita Pelaggi de la Coordinadora Precarios de la Escuela Autoconvocados—. Y luego está el escándalo de los 70.000 docentes y miembros del personal “COVID” que podrán ser despedidos sin indemnización en cuanto se decrete el primer confinamiento».
«En muchos colegios e institutos se está dando, de media, una hora y tres cuartos de clases presenciales. El resto, con la didáctica a distancia», sostuvo Gloria Ghetti, docente y activista de Priorità alla Scuola. «La vuelta a las aulas ha sido pura propaganda —declaró Giammarco Manfreda, de la Red de Estudiantes de la Escuela Media—. En Roma, durante el confinamiento, el 56% de los estudiantes no pudo seguir las clases». «La pandemia ha hecho que explotaran los problemas que asedian la Educación desde hace años», dijo Alessandro Personè, de la Unión de Estudiantes. «El gobierno no ha hecho nada de lo que tenía que hacer, ha tenido siete meses de tiempo, pero ha llegado a septiembre sin ningún tipo de preparación. Estamos como estábamos antes del cierre. Y ahora, para poder evitar los dobles turnos, la didáctica online —que es puro entretenimiento— y no tener personal precario, hace falta disponer de clases de 15 alumnos», ha dicho Piero Bernocchi del sindicato COBAS.
Sobre las condiciones de los docentes de apoyo en esta reapertura de emergencia de colegios e institutos habló Maddalena Gissi, secretaria de la CISL Scuola: «Hay 21.000 plazas vacantes, pero ha sido posible la contratación únicamente de 1.657 personas, por falta de candidatos». En los colegios e institutos italianos hay «259.757 alumnos con discapacidad, que disponen de casi 200.000 profesores, de los cuales el 52% trabaja con contratos temporales». Mientras se producía la manifestación de ayer, el ministerio de Educación reiteró que el nombramiento de suplentes anuales se completará la semana que viene. Los sindicatos dan una versión totalmente distinta: «Hasta hace pocos días, se había contratado al 30-40% del total, según nuestros cálculos no se llegará a más del 50%», indicó Pino Turi de UIL Scuola. Además de las plazas vacantes, los sindicatos recordaron que se han producido muchas irregularidades en la asignación de puntos para las Listas Provinciales de Suplencias, las cuales se han realizado online por primera vez este año. Según los sindicatos, habrá una avalancha de recursos en los próximos meses.
Durante semanas se ha hablado de la epopeya de los pupitres, con y sin ruedas. Ésa ha sido la urgencia del gobierno. Los pupitres, no nuevos espacios para dividir por dos las abarrotadas aulas, no la estabilización del personal temporal para asegurar el derecho al estudio de los y las estudiantes. Y, aun así, los últimos datos indican que han llegado solo 400.000 de los más de 2 millones de pupitres encargados. «Los colegios e institutos han reabierto solo gracias al sacrificio de los docentes y del personal técnico-administrativo. Todos los problemas están aún por resolver», añadió Rino Di Meglio del sindicato GILDA.
La investigación colectiva que se divulgó ayer desde el palco de la manifestación romana resulta útil para deconstruir la realidad paralela que cuenta el gobierno. Aún ayer, el presidente Conte, dijo que «el año escolar ha iniciado de forma ordenada, respetando las reglas, simbolizando a una Italia que se levanta y corre de nuevo». A ese atletismo retórico, Conte añadió, desde el Festival de la Economía de Trento, que: «En este contexto, pedir que todos los suplentes entren en activo el 14 de septiembre significa vivir en un cuento de hadas». En realidad, nadie ha llegado a hablar de esa posibilidad; como mucho se ha pedido que se estabilice al personal docente y técnico-administrativo, a la espera de una reforma del reclutamiento. «El gobierno haría bien en no infravalorar la protesta», observó Annamaria Furlan (CISL). Una indicación sabia, puesto que son millones las personas que viven una Educación a medias y que sufren las consecuencias del abismo existente entre los anuncios del gobierno y la realidad.
Entre las prioridades consensuadas de la amplia alianza social que ha cristalizado en Priorità alla Scuola se sitúan la asignación de 20.000 millones del Fondo de Recuperación Europeo y un mínimo del 1% del PIB para Educación. «Estable y constante», precisó Francesco Sinopoli (FLC-CGIL), que recordó además la necesidad de renovar los contratos en Educación para aumentar los salarios más bajo de toda Europa. «Es lo mínimo después de veinte años de recortes», añadió Costanza Margiotta de Priorità alla Scuola. El laboratorio de pruebas serán los próximos Presupuestos Generales. «Es el momento de abrir un auténtico debate y pensar en una auténtica reforma», añadió Maurizio Landini, secretario general del sindicato CGIL. «Los problemas prácticos son importantes, pero lo es también el imaginario colectivo sobre qué y cómo enseñar y aprender. Este movimiento ha empezado a hacerlo», concluyó Maddalena Fragnito de Priorità alla Scuola.
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