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Pensamiento

¡Viva la Desconstitución!

de Redacción Infoaut

Análisis del referéndum constitucional que ha confirmado un recorte consistente en el número de parlamentarios en Italia.

de Redacción Infoaut
Publicado en italiano en Infoaut el 22/09/2020
Traducción inédita

No queremos ser profetas del día después, ni evocar los típicos eslóganes a favor de la abstención, ni tampoco entrar en discusiones sobre Derecho Constitucional. Nos interesa más intentar plantear ciertas cuestiones a quienes, con toda su buena voluntad, han participado por enésima vez en una campaña «en defensa de la Constitución».

No escondemos que el resultado del referéndum no nos ha sorprendido en absoluto. Más aún, en nuestra opinión, corrobora tendencias ya consolidadas. Por otro lado, bastaba salir un poco de ciertos ambientes para entender cómo iba a ir la cosa. En tiempos de pandemia, con el mundo agitado por una crisis económica y social sin precedentes, de la cual hemos visto tan solo el principio, era difícil pensar que una parte significativa de los sectores populares se movilizaría para defender el parlamentarismo con todo su bagaje disfuncional.

Más aún, muchas de las personas que se acercaron a las urnas votaron con un convencido Sí. ¿Por qué? Ésa es la auténtica pregunta.

No se trata, como dicen algunos, de ignorancia o desinterés. La cuestión es que en los últimos años todos los votos, a nivel municipal o estatal, o en los referéndums, han asumido un significado político completo. Los sectores populares entienden el voto, dependiendo de la ocasión, como un arma para hacer “daño” al enemigo de turno, más que como una forma de decidir cuál es el mejor gobernante. No son «las tripas», como dirían algunos, las que guía ese voto, sino muy a menudo una especie de evaluación táctica de qué puede ser menos malo, de qué puede crear más problemas y contradicciones al bloque institucional. Ojo, con «bloque institucional» no nos referimos únicamente al gobierno, sino en general a la articulación del poder, la gobernanza y el control en toda su complejidad.

En ese sentido, existen referéndums y referéndums, y aunque aquel que mandó a casa a Renzi era muy parecido al actual [proponía diversas reformas constitucionales, pero ganó el No con casi un 60% de los votos, provocando la dimisión inmediata del presidente del gobierno, N. del T.], tanto el contexto general como las pulsiones materiales de quienes han ido a votar son sustancialmente distintas.

El voto del referéndum del pasado lunes fue probablemente motivado por una doble tensión. Por un lado, destrozar el tótem de la partitocracia, sin mediaciones. No se trata tanto de reducir el número de parlamentarios (aunque este aspecto tiene su relevancia y fuerza “históricas” en la relación entre gobernantes y gobernados, especialmente en contextos de crisis y corrupción generalizada) como de recortar las rentas de una clase que se reproduce, y que se reproduce contra la posibilidad de una vida mejor y más digna para todos y todas.

Por otro lado, se trata de buscar el mal menor: un voto negativo, en este momento, habría significado poner al Ejecutivo de Giuseppe Conte contra las cuerdas y abrir la vía a un gobierno técnico de Draghi y, según ciertos analistas, también de Salvini. Pero atención, esto no significa que el consenso en torno a la acción del gobierno sea granítico, pero los que están atentos a la situación actual tienen miedo de que pueda llegar algo peor y de que se repitan escenarios a la Monti o parecidos.

En las últimas semanas, el activismo de los saloncitos de bien de la primera y segunda repúblicas, junto con el cotorreo liberal-democrático asignaban a la posible vitoria del No un carácter de restauración «de los competentes». Una perspectiva que ha hecho soñar tan solo al famoso partido de la ZTL [zone di traffico limitato, áreas del casco antiguo de muchas ciudades italianas exclusivas para los automóviles de residentes, N. del T.], con los centros de las ciudades de las grandes metrópolis como únicas zonas en las que el recorte de parlamentarios no ha ganado. En lo que respecta al resto de los mortales, resulta evidente que por mucho que el desánimo causado por la evolución del Movimiento 5 Estrellas sea transversal, por su inconclusión y oportunismo manifiestos, esa revancha de las élites habría sido aún más indigesta. Y aunque en las redacciones de los grandes periódicos se siga exorcizando el fenómeno neopopulista como un mal sueño del que ya nos hemos despertado, en nuestra opinión las instancias de las que el Movimiento se ha hecho portador hasta hoy se están simplemente rearticulando, buscando una nueva forma de expresión, aún sin alterar mínimamente algunos de sus elementos, como un cierto jacobinismo.

La sustancia del discurso es que a la mayor parte de las personas que trabajan para vivir les importan poco o nada las formalidades constitucionales sobre las que se debería mantener el acuerdo entre gobernantes y gobernados. Porque ese acuerdo se desmoronó hace tiempo, con todos sus matices y a pesar de contar con «la constitución más hermosa del mundo». Éste es un eslogan del pasado en el que solo una cierta izquierda puede quedar aún atascada: ahí, en la defensa de una solución de compromiso en lugar de mirar a la voluntad de contraposición, en potencia, hacia un sistema que ya no representa a nadie.

P.D.: En la siguiente foto, se puede observar la distribución del Sí en Milán y Roma, queda todo bastante claro, ¿no? Por otro lado, en la foto de portada, la distribución del voto a nivel estatal evidencia una mayor convicción por el Sí en el sur del país.

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